1971 - 1989

Sonia Esther Del Rosario Santana, nombre verdadero, nació el 7 de mayo de 1971 en Las Palmas de Gran Canaria, una de las siete islas canarias de España. Siempre unida a sus padres, Paco y Loli, creció escuchando lo que cantaban como hobby, e influyendo de seguir vinculada a su pasión, la música. Así recuerda su infancia donde aprendió su primer bolero, y además, en su niñez disfrutando al cantar su canción favorita “Woman of Love” de Barbra Streisand. Como la misma Sonia aclara, desde muy pequeña sintió vocación musical. Desde chiquitita me gusta cantar y el mundo de la farándula, porque en casa estaba rodeada de música… y es que me pasaba el día cantando, igual que mi madre. Ella canta muy bien, mi padre también, además toca el piano y la guitarra, mi abuelo dirigía una orquesta en Las Palmas, mis dos tíos son concertistas de piano. Está claro que llevo la música en los genes. Recuerdo que con cuatro o cinco años me ponía delante de un espejo y ensayaba gestos, me colocaba unas toallas por la cabeza como si tuviera dos coletas y cantaba a todas horas. Lo que más había hecho era cantar en fiestas de amigos. Hay que hacer mención a Cristóbal del Rosario, su bisabuelo, que fue gran músico y compositor en la década de los años 30, y de hecho, publicando su libro biográfico de 200 páginas en el año 2010. Sonia cuenta, cuales eran sus otras grandes aficiones de la niñez: El baile me chiflaba y tomé clases de ballet, pero no tuve más remedio que dejarlo por problemas de salud. De pequeña siempre estaba enferma, era como una niña burbuja, todo me daba alergia. El huevo, el chocolate, la leche, el polen, las bacterias, los ácaros,… un desastre. Menos mal que mis ataques asmáticos nunca afectaron a mi voz. De su primera comunión, fecha memorable como para todos los demás niños, relata esta anécdota: Lo que sí me acuerdo es que los zapatos me hicieron “gallinas” y que ese día probé por primera vez una gota de alcohol que me sentó fatal, me pude malísima.

También hizo distintas obras de teatro con un grupo independiente. “El teatro es algo que me fascina, igual que el cine. En cuanto a mi primera gala de teatro, la semana antes estaba muy animada, pero según se acercaba la fecha me iba poniendo peor. Era como si dentro de mí dos Sonias estuvieran peleándose. Una sentía miedo, la otra estaba segura. Era consciente de lo que me jugaba, porque como debuté en mi tierra, sabía que había una doble lectura, que me iban a mirar con lupa, pero que si lo hacía bien me subirían al Olimpo. Todo salió perfecto, a mí así me lo pareció. Tenía la idea de venir a Madrid para estudiar Arte Dramático y darme una oportunidad, pero desde que entré en Olé Olé, pensaba sólo en mi trabajo como cantante del grupo. No me importaría hacer mis pinitos como actriz, siempre que eso no interfiera en mi trabajo como cantante. Y si además pudiera interpretar la banda sonora de la película de mis sueños, sería el súmmum para mí”. En aquellos tiempos era una buena estudiante. “Estudié en Las Teresitas, hasta tercero de BUP, hice COU y después pensaba matricularme en otros estudios en Madrid, pero no me dio tiempo, pues me anunciaron que había sido elegida para ser la cantante de Olé Olé. Y además, quería matricularme en la Facultad de Políticas porque creo que, si no, me arrepentiré toda mi vida”.




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